lunes, 5 de septiembre de 2011

Humo de mierda


Era un plato gigantesco de sopa humeante. Un humo desmesurado de sopa caliente saliendo de un plato invisible. Una sopa imperceptible bajo un humo descomunal y aterrador sobre un plato que era valle infinito. Era todo humo. Un humo horrible, sucio, repugnante, desolador, pegajoso y pestilente. Un humo que se podía cortar con navaja de afeitar, un humo que se podía masticar como arena, un humo que dejaba ciego, un humo que sonaba como un lento y lastimoso gemido de animal que sabe que va a ser degollado. Un humo que engulle despiadadamente ignorante hasta la misma chimenea de la fábrica de donde sale. Un humo de mierda de fábrica de empresario de fábrica de mierda de humo…