domingo, 11 de noviembre de 2012

ADVERTISING CAMPAIGN




No son casualidades. Nunca lo son. El que cuando uno vaya en el autobús y, sin razón aparente, gire la cabeza para mirar por la ventanilla y sus ojos se den de sopetón con un cartel anunciando: “El viaje de tu vida te está esperando. Ven tú también.”, tampoco lo es.

Por eso se apuntó al gimnasio. Corría cientos de kilómetros sobre una cinta negra y pedaleaba horas en una bici que no iba a ninguna parte.

Y, fíjense, en ocho años consiguió dar más de una vuelta al mundo sin moverse del sitio...