martes, 26 de marzo de 2013

LA TIERRA ES ESFÉRICA



El hombre que tenía la vida llena de motas de polvo, se sacudió otra vez en vano. Las partículas de polvo tienen electricidad estática y como él siempre llevaba jerséis de lana con poliéster, no había manera.



Se había cruzado con la mujer que tenía la vida llena de descosidos y sus ojos se habían ido tras los hilos que colgaban del bajo de su falda.



Pensó que el polvo y los descosidos no tenían en común otra cosa que el color. Aún así, se atrevió a volverse para pedirle que le dejara ir a su lado hasta allá donde fuera que ella iba.



La mujer descosida no le contestó porque tenía la boca rota. Se limitó a regalarle una mirada que decía “Yo estaba hecha polvo hasta que te vi”. Y a él aquello le hizo tanta gracia que se rasgó allí mismo la camisa y le mostró un tatuaje en el pecho que decía: “Un roto para un descosido”.



Y cada uno siguió su camino recto, a destinos diferentes y opuestos, sabiendo que volverían a encontrarse.


miércoles, 6 de marzo de 2013

BREAKFAST



Hoy nos ha vuelto a poner lo mismo de siempre: café que sabe a cartón con polvo, las galletas húmedas, el pan mohoso y un pelo blanco en el plato. Como cada día nos lo hemos comido sin rechistar y yo he mojado de nuevo el dedo en el azucarero de plástico, en el que tiene dibujos de manzanas rojas para que no se confunda con el de la sal. Al terminar, le he dado un beso, para que no se olvide también, y me ha observado con esos ojos confundidos que ya tienen mirada de pez y que me dejan un nudo en la garganta. Es que siempre me aseguro de tragarme ese pelo blanco que con la luz de la mañana dibuja un brillo en el plato.