sábado, 19 de diciembre de 2015

BACK






La vida se me pone a tiro de bala y me deja entre las manos el destino de una mariposa azul. Me cuelga alas de plumas y cera que no se derriten al primer vuelo. Salgo sin escafandra y dejo la puerta abierta de par en par. Piso los adoquines de la carretera que cuento como mis días, con un pensamiento único que cose el cielo y la tierra en la línea incierta del horizonte. Me detengo en la encrucijada que señala un doble amanecer y sigo sin dudar el camino tras la luz de una mirada que esconde un as en la manga, haciendo desaparecer bajo su hechizo cualquier rastro del mundo.




Y me falta tan solo una letra para resolver el damero maldito... 

domingo, 31 de mayo de 2015

ULTIMO REFLEJO

De nuevo me subo por las paredes gracias al gran artista y persona Salvador Lavado. ¡Un placer inmenso!


Detrás del cristal pego todos mis reflejos. Son de mercurio que se derrite y resbala por azulejos y baldosas en bolitas imposibles de sujetar con los dedos.

“Así soy yo”, le dije el primer día, “Si me intentas atrapar en tu red de pescador de agua dulce, desaparezco y soy otra”.

El segundo día quiso guardarme en una caja de música, pero el vals de los cisnes no está hecho para mí.

El tercer intento llega ahora. Voy a probar a dejarme enredar entre las plumas de sus alas. Le he visto acercarse provocando escalofríos en mi piel de azogue, con los colores chillones de pavo real que ahora luce y esa voz de atardecer que hace que no quiera volver a cambiarme de sombrero.

Mi último reflejo no es de mercurio; es de carne y hueso, y huele a mar.



domingo, 24 de mayo de 2015

ÚLTIMO REFLEJO

A partir del próximo 30 de mayo podréis ver, leer y disfrutar

"Último Reflejo" 

en las paredes de 

Espacio ReflejArte
La Sala de Blas
Archidona, Málaga

A partir de las 21:00h... ¡Os esperamos!



sábado, 24 de enero de 2015

SIN RED


Se entrenaban para estar muertos. Hacerse el difunto era el número que más expectación y revuelo levantaba. Era al acercarse el cortejo fúnebre con sus caballos negros, su caja de muerto lacada y adornada con cintas de raso y coronas de flores, cuando el público enmudecía y el aire se hacía pesado e irrespirable. El mejor era aquél que aguantaba más horas cadáver, el que se dejaba llevar y era enterrado en vida en el Circo de la Muerte. Fue precisamente por eso, por lo que Prudencio, el suicida, tuvo que hacerse trapecista.